viernes, 20 de abril de 2007


Apreciadas amigas: Como os prometimos, aquí están las respuestas de Supernanny a las preguntas que dejasteis en nuestro foro. Tal y como explicábamos en el foro, Supernanny no ha contestado a casos concretos, pero a partir de vuestras cuestiones ha elaborado unos fabulosos consejos que esperamos os gusten y os sean de mucha ayuda. ¡Muchísimas gracias por participar!

La redacción de AquíMAMÁ


"Hola: Me gustaría agradeceros a todos la acogida que ha tenido esta sección. Me encantaría poder responder a todas vuestras dudas, pero el número de preguntas y, en muchos casos, la falta de datos lo hace imposible. Os dejo algunos mensajes de carácter general que espero os den pistas para cuestionaros qué podéis modificar en los comportamientos que tenéis con vuestros hijos: acordaos que ellos repiten o no sus conductas en función de las reacciones que vosotros tengáis. De cualquier manera, os dejo la dirección donde podréis localizarme. Un saludo a todos y, de nuevo, gracias por invitarme a estar este rato con vosotros".


Rocio Ramos-Paúl Salto

Directora del centro Biem
Teléfono: 91 413 99 52


1.RABIETAS

AquiMamá:
Muchas mamás nos dicen que no saben cómo reaccionar cuando su hijo les monta un numerito, sobre todo en público, cuando, además, la mamá se enfrenta a las "miradas" de la gente. ¿Cómo hay que actuar cuando el niño tiene una rabieta (en casa, pero sobre todo en público), se tira al suelo, llora y patalea?

Rocío:
Las rabietas se producen principalmente entre los 2-3 años, edad en la que los niños no tienen suficiente dominio del lenguaje para expresar lo que les pasa. Será función del adulto explicarle qué le ocurre y enseñarle alternativas para solucionar de otra manera. Cuando nuestro hijo tiene una rabieta, tiene que aprender que ese tipo de conductas no son válidas para conseguir lo que quiere luego, no atenderemos este comportamiento y le diremos el que esperamos que tenga: “Juan, entiendo que te enfades, pero no voy a comprarte esta pelota”. “María, cuando estés más tranquila, podremos seguir jugando”. Nosotros nos retiraremos a hacer otra cosa y, en cuanto veamos que deja de emitir el comportamiento, le celebraremos el cambio de actitud. “Estupendo María, traes aquí las piezas y jugamos juntos”. Es cierto que esto es mucho más complicado cuando es en público, lo ideal es empezar a controlar las rabietas en casa antes de hacerlo en la calle. Tu hijo sabe perfectamente la dificultad que entraña para ti mantener esta actitud delante de gente y llegará a hacer cosas insospechadas; además, siempre está el alma caritativa que dice “pobre niño” y le ofrece lo que tú le has negado. La primera parte de la solución está en que te convenzas de qué es lo que tienes que hacer, el otro no tiene que entender por qué lo haces y es bueno ser independiente de la opinión de los demás. Si esto se te hace muy cuesta arriba, dile a tu hijo que si se produce cualquier tipo de rabieta os volveréis a casa, ¡hazlo, no lo conviertas en una amenaza que no cumplas!


2. CONTROL DE ESFÍNTERES
AquíMAMÁ:
Algunas mamás nos explican que sus niños, a pesar de hacer pipí en el inodoro, no consiguen hacer lo mismo con la caca, y evitan el orinal y el w.c a toda costa. ¿Cómo se puede conseguir que un niño “mayorcito” deje de hacerse caca en el pañal?
Rocío:
La escuela infantil es la mejor aliada a la hora de empezar el control de esfínteres con tu hijo. Sus profesionales te informaran de cuál es el mejor momento, las señales que da tu hijo para advertirte de que está preparado…Una vez iniciado el proceso y pasado un tiempo prudencial, si se mantienen algunas conductas como controlar en la escuela y no en casa o controlar sólo el pis o dejar de controlar sin que haya un motivo aparente, será bueno que te plantees visitar a un profesional. Cada niño es un mundo y en cada caso hay que atender las características individuales.

3. SÓLO MASTICA Y COME LO QUE LE GUSTA
AquíMAMÁ:
Este problema lo comparten muchas amigas; a veces, los niños sólo comen las cosas que le gustan y se niegan totalmente a comer otras que las mamás les ofrecen. Incluso, se niegan a masticar alimentos que no sean pan o galletas. ¿Cómo se puede lograr que el niño coma lo que la mamá le ofrece, y no sólo las cosas que le gustan?
Rocío:
Pasar de los líquidos a los sólidos se ha convertido en un problema que va en aumento en los últimos tiempos. Mucho tiene que ver la prisa que metemos a nuestros hijos, por ejemplo: los padres prefieren meter todo tipo de alimentos en un puré, asegurándose de que se lo comerá, se alimentará y no supondrá llegar tarde, a… pasar tiempo delante del plato para que mastique y trague. Aprender a comer de todo requiere tiempo, paciencia y constancia. El planteamiento debe ser pasar de los líquidos a los purés e ir aumentando el tamaño de los tropezones hasta que pase a los sólidos. Los pediatras te informan claramente del momento en que tienes que ir haciéndolo, así como de los alimentos a introducir. Una forma de introducir alimentos nuevos puede ser poner en un plato más cantidad de lo que le gusta y algún alimento nuevo e ir aumentando la cantidad del nuevo y disminuyendo la del que ya conoce, y así sucesivamente con otras novedades. Ayuda mucho ponerle imaginación a la presentación del plato: una cara, un castillo etc. El problema que presenta esta fase es la angustia que produce a los padres que el niño no coma. Si lo pensáis, esta etapa coincide con ingesta de leche, luego, no es tan importante la cantidad que coma como la diversidad de los productos y, si nuestro hijo no pica entre horas y llega con apetito a la mesa, estará generando un buen hábito de alimentación y aumentaremos las probabilidades de que se coma lo que hemos preparado. De cualquier manera, sabed que cuando no aprenden a masticar y/o tragar en el período que les corresponde evolutivamente, probablemente necesitéis a un logopeda a medio plazo, ya que todos los músculos que ejercita tragando y masticando se usan en el habla.

4. PEGA A LOS PAPÁS
AquíMAMÁ:
Algunos niños reaccionan agresivamente cuando se les da una orden que no quieren cumplir o se les niega un deseo, ¿qué hay que hacer si el niño pega a los padres ante una contrariedad?
Rocío:
En general, a ninguno nos gusta recibir órdenes y tu hijo no es una excepción; a pesar de que necesite límites y normas, se resistirá a llevarlas a cabo (sobre todo al principio). Una de las reacciones que puede tener es ponerse agresivo con los padres. Tendremos que tener en cuenta que no es lo mismo que nuestro hijo de dos años nos de un azote a que lo haga el de seis. Dos intervenciones son importantes una vez que se ha producido esta conducta: - Que el niño tenga consecuencias a su conducta (parar la actividad que se está haciendo con él, sentarlo un tiempo en su habitación, indicándole que se incorpore cuando pida perdón, realizar, en definitiva, alguna tarea reparadora a lo que ha hecho). - Una vez se disculpe, le contaremos en primera persona lo que su conducta nos provoca: “Cuando tu me das una torta yo me pongo triste y enfadado, si tu me contaras que te ocurre yo no me enfadaría y podríamos intentar arreglarlo. El niño repite conductas que ve en los adultos: si hemos solucionado situaciones con algún cachete, aprenderá que esa es una buena forma de poner fin a los conflictos y la utilizará. Otra de las cosas que se dan con cierta frecuencia es que reímos a los niños la primera vez que insultan o pegan, de manera que, sin darnos cuenta, aumentamos la posibilidad de que nuestro hijo repita esa conducta en el futuro, ya que tanta gracia hizo a sus padres.

5. SÓLO QUIERE ESTAR CON UNO DE LOS PADRES
AquíMAMÁ:
¿Cómo hay que actuar si el niño sólo desea estar con uno de los dos papás (padre o madre) y evita al otro?
Rocío:
Plantearos un intercambio de tareas. Al principio, y para que no haya rechazo del niño, comienza el padre que lo hace normalmente y el otro padre se suma a mitad de actividad, mientras el primero se retira y deja que finalice su pareja. Luego, intentad que sea el padre “rechazado” quien lleve a cabo la tarea. Otras fórmulas son: irse el otro a hacer recados mientras los deja solos o al revés. Que el padre “rechazado” durante un tiempo delegue dar órdenes en la pareja y aumente los momentos de juego.

6. CELOS
AquíMAMÁ:
A algunas mamás están preocupadas porque con la llegada de un nuevo hermanito, a veces se inician en el mayor cambios importantes, como agresividad, regresión a conductas más infantiles, trastornos del sueño... ¿Cómo se pueden evitar los celos del mayor hacia el pequeño y los comportamientos que se derivan de ellos?
Rocío:
Los celos son inevitables y, además, los niños que lo sufren lo pasan realmente mal; lo que sí podemos es amortiguarles esta etapa y la mejor forma es reservarles todos los días un rato con mamá y otro con papá, o con los tres, en actividades que el pequeño no pueda realizar por la edad. Le diremos “ves, como eres mayor, puedo hacer esto contigo”. Facilita también asignarle alguna responsabilidad que tenga a su hermano como protagonista (ayudar a cambiarlo, darle de comer, dejarle encargado del hermano mientras tú vas a hacer alguna cosa en casa…) y fomentar juegos en familia donde estéis todos. Los celos hay que pasarlos y no debe agobiarnos que los niños los sufran. Sí estaremos alerta para que nuestro hijo sepa que estamos ahí, que entendemos por lo que está pasando y que intentamos amortiguar su sufrimiento.

7. DEJAR EL CHUPETE
AquíMAMÁ:
¿Qué hay que hacer si el niño no quiere abandonar el chupete?
Rocío:
El chupete ha sido fuente de discusión durante mucho tiempo. Actualmente, parece que nos ponemos de acuerdo en cuanto a que es un buen bálsamo para el niño en momentos de dolor o tensión emocional. Retirarlo no tiene fecha exacta, sí parece que es conveniente haberlo hecho antes de los dos/ dos años y medio. Podemos empezar elaborando un ritual donde al final el chupete desaparezca (a la basura, por la ventana…) le diremos que ya es mayor y no le hace falta. Lo esperable es que lo haga feliz, pero cuando llegue el momento de dormir lo pida, por eso debes estar seguro de que una vez iniciado no habrá vuelta atrás, le recordaremos que lo ha tirado porque es mayor y no lo necesitaba. Os ayudará mucho cambiar de tema y centrar su atención en otra cosa cuando se ponga insistente.

8. DORMIR SOLO
AquíMAMÁ:
Dormir toda la noche es una tarea imposible para algunos niños... y para sus padres. Muchas madres nos explican que sus pequeños se despiertan a menudo para llamar su atención, porque quieren dormir en la cama de sus padres, necesitan que su mamá permanezca junto a ellos mientras duermen, quieren agua... ¿Cómo se puede conseguir que el niño duerma toda la noche?
Rocío:
Dormir solo, es uno de los primeros conflictos que tu hijo debe resolver, y eso es muy duro. Los niños tienen tendencia a buscar cuando se despiertan aquello que estaba con ellos cuando se durmieron, así, si es mamá o papá quien estaba cuando se durmieron, llorarán o irán a buscarlos cuando se despierten. Es decir, os habéis convertido en elemento indispensable para conciliar el sueño. Busquemos un elemento que los sustituya (un muñeco, una mantita…) y hasta que entienda y asimile un buen hábito de sueño, llevadlo a su cama cada vez que acuda a vuestra habitación (es importante que despierte en su cama) y manteneos firmes en la actitud de “eres mayor y tus padres te van a enseñar a dormir solo”. Si vuestro hijo es muy resistente a cambiar de actitud y lo habéis intentado todo, no dudéis en consultar con un profesional que evalúe con vosotros que podéis modificar para conseguir vuestro objetivo. Hoy sabemos que los niños que no tiene un buen hábito de sueño son más propensos a tener pesadillas y terrores nocturnos.

9. NO QUIERE IR A LA GUARDERÍA
AquíMAMÁ:
Para algunas mamás el momento de llevar al niño a la guardería es una auténtica aventura: lloros, quejas, incluso vómitos. Las mamás se preguntan:¿qué hay que hacer cuando el niño no quiere ir a la guardería?
Rocío:
La escuela infantil significa dejar de ser único para convertirse en uno más ¡y sin padres que te protejan! Este paso es tan duro para el niño como para los padres, que tienen que fiarse de personas ajenas a las que encargan el cuidado de su hijo. Suele ocurrir que el niño no quiere perder los privilegios de ser el rey de la casa y muestra todo su armamento para resistirse; los profesionales de la educación lo saben y han elaborado todo un protocolo de adaptación que suele durar entre 15 días y un mes. Es importante que mantengas la serenidad, lleves a tu hijo todos los días a no ser que realmente esté enfermo (ojo, los vómitos suelen provocárselos) y te despidas: no salgas corriendo cuando no te ve o le digas ahora mismo vuelvo… entenderá que mamá o papá no están siempre con él, pero vuelven a recogerlo. Si preguntas en la escuela infantil, te tranquilizará saber que una vez te has ido tu hijo se incorpora feliz a las actividades y juegos y no vuelve a hacer pucheros hasta que te ve o a la mañana siguiente. Es cierto que, a veces, este período de adaptación se alarga en el tiempo, entonces será el momento de visitar a un profesional que os ayude a solucionar lo que ocurre.

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